La fuga de talentos en Google crece cada vez mas y le impediría seguir creciendo.

Aunque parezca mentira, el gigante de Internet debe convencer a sus empleados para que se queden en la compañía De empresa de garage a millonaria multinacional. A 12 años del nacimiento de Google, sus fundadores se encuentran frente a uno de los desafíos más grandes desde el comienzo: evitar que la gente se vaya. A diferencia de lo que sucede en las grandes empresas, en donde conforme aumentan las ganancias los profesionales se desviven para hacer su ingreso triunfal en las oficinas, en el buscador los “mejores” se van por la creciente burocracia que invade a la compañía. Las cifras acompañan la problemática. En los últimos cinco años, Google pasó de tener 5000 a 23.000 empleados y de tener ingresos por 3200 millones a 23.700 millones de dólares. Hasta aquí, nada muy grave si se analiza que la empresa gana más de un millón de dólares por cada empleado. Sin embargo, la descentralización de los proyectos y el creciente rito de incorporaciones incomodó a los pioneros que hoy, lejos de la comodidad que les ofrecía el buscador, encuentran mejores ofertas en diversas compañías. Una de las recientes bajas fue la de Lars Rasmussen, ejecutivo que participó del proyecto de Google Maps y Wave, y Omar Hamoui, fundador de AdMob que fue vicepresidente de avisos móviles en Google. ¿La explicación? “Hay muchos productos que quedan muy ocultos y mucha gente que trabajó duro en ellos y se pone triste al notar que dedicó un año de su vida en algo que la compañía no promueve”, explica un gerente de producto que optó por mantener el anonimato.

Fotos de Las oficinas de Google en Suiza.

Según Etic Schmidt, CEO de Google, las versiones que indican la “fuga de cerebros” son falsas. Pese a que, claro, los datos arrojados por la red social ejecutiva LinkedIn son contundentes -142 de los1.700 empleados de Facebook provienen de Google-. “La tasa de gente que se va de la compañía se ha mantenido constante durante siete años”, advierte el ejecutivo aunque, minutos más tarde, reconoce: “Hubo un momento en que tres personas en Google podían producir un producto de nivel mundial y ponerlo en marcha y eso se acabó. Creo que es absolutamente más difícil hacer cosas y ponerlas en el mercado. Ese probablemente sea nuestro problema estratégico más importante”.

Pese a la desmentida, los empleados del buscador recibieron este año un aumento de base del diez por ciento y, a todos aquellos que han recibido ofertas en otras empresas, el buscador les responde con un incremento de sueldo de más de siete cifras. ¿Los datos oficiales? El 80% de los que reciben una contraoferta deciden quedarse en Silion Valley. Los aumentos y las negociaciones se suman a las opciones accionarias que la compañía ofrece, además de beneficios como masajes, tintorería y comida gratis. Además, la empresa le permite a sus empleados destinar el 20% del tiempo de trabajo en proyectos personales para desarrollar, claro, con el amparo y la tutela legal de la compañía. Pese a los intentos, los rumores que indican un creciente malestar en la empresa se mantienen firmes e, inclusive, se habla de una poderosa deserción que le impediría a Google contar con los mejores desarrolladores del país. ¿Las consecuencias? No llevar la delantera, como sucedió con la tecnología móvil Android, que tuvo que ser adquirida por la empresa pero que no fue desarrollada por sus miles de empleados.

 

  Fotos de la oficina de Google   Argentina
 

Fuente: minutouno